miércoles, 13 de agosto de 2008

Sobre la polémica decisión gubernamental de impartir educación sexual en los centros escolares

Hay situaciones coyunturales que van forzando la marcha del gobierno del Presidente Elías Antonio Saca para tratar de enrumbar la cosa pública en su más amplio sentido a favor de los movimientos de la campaña electoral del candidato oficialista que tan maquiavélicamente viene orquestando la derecha salvadoreña.

Están tratando de impregnar su campaña con un sesgo de humanidad, de querer vender la idea que ARENA se está esmerando en ser diferente, que su candidato se atreve a manosear públicamente las posaderas de las elites del poder económico bajo la falsa premisa que construirá una nueva sociedad más justa, pareciéndose según ellos al FMLN, queriendo agenciarse a la vez los insumos electorales que hasta ahora solo había pretendido utilizar la izquierda en su afán de identificarse con las clases populares y de proponer alternativas sociales que minimizaran la decadente imagen y contenidos programáticos de los gobiernos de ARENA.

Este estratégico y casi convulsivo esfuerzo, juego, coartada, patraña o muestra del cinismo más puro, por lo patéticamente ridícula, predecible y despreciable forma de vender su imagen, casi al estilo de las más connotadas meretrices o travestís que circundan las calles de San Salvador, no es más que una clara muestra de los niveles de corrupción y degradación a la que han llegado las poco privilegiadas mentes de los conductores y asesores de la campaña de Rodrigo Ávila.

Aunado a lo anterior, se sabe per se o por definición propia que la calidad de los políticos salvadoreños que absurdamente ostentan el bastión de ser las terceras fuerzas, o las fuerzas políticas de balance en el ejercicio del poder distan miríadas de ser lo que en alguna oportunidad tuvieron a bien crear y pretender implementar los filósofos y pensadores de las escuelas griegas y romanas como una forma de vida racional entre clases del ya tergiversado y muy vilipendiado vocablo denominado democracia, pues su muy consabidas y reñidas acciones en contra de la gobernabilidad, de la institucionalidad, del estado de derecho y de la paz y armonía social, denotan la más putrefacta y descarada conducta, cuyo objetivo prioritario consiste en la acumulación de riquezas para ellos mismos a cambio de la lesiva, mezquina y corroída practica de favorecer con sus votaciones en el pleno legislativo toda aquellas iniciativas de ley que son promovidas por el partido ARENA.

La insensatez manifiesta del partido ARENA, o de quien sea a la fuerzas que ellos representan es algo que debemos abordar y enfocar con mucha responsabilidad y sobre lo cual tenemos que generar un amplio y público debate que permita esclarecer lo que a criterio del entonces periodista y entrevistador Mauricio Funes señalaba constantemente bajo la figura retórica que hilvanaba frases como: “los delgados hilos” o “las fibras sensibles” de las que penden las estructuras de poder de la derecha, que permanecen apertrechadas en su mimetismo de una forma poco sutil y agazapados bajo la mascara de un partido que se ha declarado pública y estatutariamente como la aberración más absurda imaginable que pudo resultar de una combinación de mal llamadas fuerzas de derecha bajo una bandera política que amalgama ideologías radicales destructivas y esclavizantes.

Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de cientos de millones de dólares que la gran empresa y gobiernos esbirros les abonan en sus finanzas de campaña, y también en los bolsillos de los principales dirigentes del COENA y los becarios exiliados del COENA mismo, llámeseles con distinguidos y rimbombantes títulos como presidentes honorarios y otra sarta de estúpidos títulos, ARENA está cayendo en los más gravísimos e irreversibles errores electorales.

Han potenciado toda su estrategia sobre lo mismo de siempre: el rival; sin embargo, lo que ellos mismos representan o defienden queda en el tintero y por ende en el olvido: ellos mismos.

Parecería que mi lógica no es consistente, porque a diario las apariciones de los miembros del gobierno y de su candidato son innumerables: pero la calidad del mensaje se revierte siempre en terminar aceptando, de forma expresa o implícita que su mísera existencia depende de la existencia misma del FMLN. ¿Paradójico, no?

ARENA no puede demostrar que es buena, que lo haya sido y que lo pueda llegar a ser. Lo único que ellos saben vender es que no son tan malos o peores como podrí legar a ser la fuerza opositora.

Cuando ARENA se equivoca culpa automáticamente e inmediatamente de todo lo malo al FMLN.

Esa es su principal estrategia al estilo de los alemanes nazis que en la actualidad no les sirve sino para hacer el más sublime de los ridículos ante el pueblo, pues la mentalidad del electorado ha variado muchísimo y ya no se deja engañar por tan imbéciles argumentaciones y patrañas emanadas de personajes con coeficiente intelectual de primate.

Si hay huracanes, inundaciones, racionamientos, calentamiento global, maras, desorden, desabastecimiento médico, crimen, corrupción, falta de educación, paupérrimo desarrollo social y económico, inestabilidad social, falta de agua, encarecimiento de precios, bajos salarios y míseras pensiones, entre otros tantos miles de rubros desatendidos por el gobierno, de todo eso ARENA acusa al FMLN.

Es obvio que viene el embate final con su respectiva avalancha de propaganda y publicidad barata, en contenido, que nos inundará otra vez más con más de lo mismo:

Malos gobiernos de ARENA

¿Despertaremos en el 2009 con un triunfo de Mauricio Funes y el FMLN o seguiremos manteniendo a los mismos aborrecibles ineptos comandados por Saca, sus fariseos aliados y sus corruptos e incompetentes funcionarios?

Invito a todos los salvadoreños a razonar muy bien su elección y a optar por una escogitación más profunda y consciente, consecuente con la responsabilidad histórica que tendremos en este 2009 para elegir un buen gobierno.

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